Frankestein
Sobre la creación de vida artificial
La pandemia nos ha facilitado conocer con más detalle el
estado actual de desarrollo de las ciencias de la vida y de la salud. Este
campo de actividad científica presenta la extraña peculiaridad de avanzar a una
doble velocidad.En ciertas áreas se observa un progreso vertiginoso que, inexplicablemente,
coexiste con otras que permanecen anquilosadas.Al primer grupo pertenecen los
temas relacionados con la biología molecular.Desde que Crick y Watson en 1953
desvelaron la estructura de doble hélice de la molécula de ADN,se sigue
avanzando a buen ritmo.Los trabajos de Frederic Sanger en los 80 para
secuenciar proteínas,de Paul Berg en la edición de ADN o de Kary Mullis para
seleccionar y amplificar secuencias concretas de ADN que permiten realizar las
hoy en día famosísimas PCRs,
serían excelentes demostraciones de ese progreso exitoso que,además tiene un
gran impacto en muchas de las
especialidades médicas.
Sin embargo,sigue habiendo asuntos en los que la ciencia
de la biología molecular no ha podido aportar una nueva visión y que se
resisten a la omnipotencia del método científico.Un ejemplo lo tenemos en la
malaria.Se trata de una enfermedad infecciosa causada por un protozoo que se transmite por la picadura de mosquitos
del tipo anopheles.Cada año se infectan entre 300 y 600 millones de personas de
los que mueren alrededor del millón.Los intentos de desarrollo de una vacuna
siempre han fracasado.Otro ejemplo de ineficacia de la ciencia lo tenemos en la
enfermedad de Alzheimer.Se trata de una forma común de demencia que provoca un
lento pero inexorable deterioro cognitivo.Tampoco en este caso se dispone de
soluciones.También podemos incluir en el catálogo de temas resistentes al
solucionismo científico a la actual pandemia causada por un coronavirus.A pesar
del enorme conocimiento de que se
dispone sobre virus,ARN,ADN,antígenos,anticuerpos…resulta
que cuando se pregunta a los expertos sobre el origen de este desastre
mundial,nos dicen que todo se debe probablemente a que “un chino se comió un
murciélago en un mercado húmedo de Wuham” y que la única solución, que podría evitar la infección
generalizada de la humanidad, ha de basarse en el confinamiento de la población
en sus casas.
Malaria,alzheimer,pandemia del Covid-19 son un pequeño
muestrario de temas en los que las ciencias de la vida y de la salud no
progresan como cabría esperar.Es por tanto sensato pensar que la razón de esa
ineficacia podría deberse a algún principio básico de la biología que,a día de
hoy,los científicos no aciertan a descubrir.
Nadie duda del ingente conocimiento que los científicos
tienen sobre virus y bacterias.Sin embargo,toda esa información acumulada en
los últimos 70 años no ha sido de ayuda para crear vida artificial.No hablamos
de organismos pluricelulares.Ni siquiera se ha podido sintetizar en el
laboratorio una simple bacteria.En resumen,los científicos sí que son capaces
de modificar organismos preexistentes alterando por ejemplo su ADN.En ningún
caso han logrado crear, a partir de elementos químicos (H,N,O,C,P…)una unidad
dotada de metabolismo y con capacidad de reproducirse.
La biología molecular ha facilitado un avance
extraordinario en la comprensión de muchos de los procesos que tienen lugar en
los seres vivos pero no ha logrado desvelar el principio de la vida que a día de
hoy sigue siendo un misterio.
A la vista de todo
lo expuesto,es razonable pensar que en los conocimientos que permitirían
producir vida artificial, puede residir la clave-Algo fundamental y hasta ahora
desconocido-que no solo nos facilitaría crear nuevos organismos sino abordar
con enfoques disruptivos esas enfermedades
como la malaria o el alzheimer que hasta ahora,con los conocimientos actuales,no
encuentran solución.
Para que se entienda mejor la importancia de dedicar
esfuerzos a la solución del problema de creación de vida artificial,podríamos
comparar la evolución y el estado actual de desarrollo de las ciencias de la
vida y de la salud con la que sucedió con el fuego.Al principio el hombre temía
al fuego y sus efectos.Luego aprendió a usarlo y mantenerlo vivo.Finalmente
logró producirlo y con ello se inició la civilización.Por eso es tan importante
que el hombre aprenda a encender la vida.